Hay cosas que uno no se puede perder en la vida. No se trata de irse a las antípodas y nadar entre tiburones (que también). Se trata de vivir experiencias y guardar las sensaciones en ese rincón secreto que guarda nuestras grandes historias. Os comparto uno.
Escuchar a un big ban un domingo por la mañana en un antiguo astillero reconvertido en teatro...DONE!
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