jueves, 6 de febrero de 2014

Salir de la zona de confort...¡Va por ustedes!


No tiene sentido, lo sé, pero hay veces que no hay nada como irte lejos para sentir a la gente muy cerca.  Desde mi llegada a Suiza la semana pasada, he recibido muchos mensajes de apoyo y ánimo. ¡Que molante es mi peña! Ya he tenido Skypis épicos con las chicas, padres, hermana y cuña o y por fin he recibido llamada de mi contable que usa bolis  para marcar las casillas. Esa me ha hecho mucha ilusión. Parece que está todo en orden. 

El otro día, cuando llegue, abrí la maleta y me encontré este collage tan chulo que hicieron mis chicas. Y que queréis que os diga, quise morir de la emotion!  Esta es parte de la peña que hace que las cosas tengan sentido; motivan y mueven a una.


Me vais a permitir una licencia en honor de toda esta gente que está a mi alrededor que en los próximos meses acaban un ciclo: dobles grados, mires, fin de becas PIE… Todo esto que os voy a a contar me ha rondado siempre, pero el interesantísimo workshop internacional sobre Branding en el que estoy participando estos días, me ha animado a escribir algo. 

Es curioso ver a gente entrada en edad (me refiero a gent entre 65 y 75 años) reflexionando sobre los desafíos a los que se enfrentan los medios y cómo hacer sostenible ese mercado. Lo único que puedo concluir es que hay que salir de la zona de confort en la que se han anclado los medios tradicionales. Eso es complicado porque es la piedra filosofal de toda compañía: abrazar el cambio, ser ágil, dinámico, valiente y capaz para afrontar nuevos retos, plantearse nuevas metas y cambiar aquello que no funciona.

A todos aquellos que vais a cambiar de ciclo ¡ÁNIMO! No hay que tener miedo. Lo bueno siempre está por llegar. Las cosas que nosotros dejemos sin hacer, quedarán así, sin hacer. Tenemos que confiar en lo que hemos hecho y trabajado. Si al preguntarte que virtudes y defectos te definen, empiezas por los defectos, mete la cabeza en el WC y tira de la cadena! Lo bueno vaya por delante. Eso es lo que verdaderamente nos define, el resto nos condiciona (y podemos mejorarlo e incluso,  cambiarlo). 

Al ver a las personas que me rodean (hay investigadores senior, pero también muchos juniors) veo que no hay más talentosos o menos, aquí hay gente muy trabajadora y eso no es exclusivo de los centroeuropeos. ¡Fuera muros, abajo barreras, arriba ilusiones y a construir proyectos! No hay fracaso si hay trabajo, voluntad, cabeza y ensayo-error. El fracaso es no probar y no exigirse a uno mismo un algo más. Arriesgar y dejarse llevar, aunque de repente tengas un nudo en el estómago que te dure días, no puedas comer y solo quieras ver “Un paseo para recordar” para así tener una excusa banal que justifique las lágrimas que quieres sacar. 


Hace unos días escuché a decir que el trabajo siempre acabará superando el talento. Pues eso, a trabajar con una sonrisa en la boca. Tenemos suerte. Aunque ahora mismo los políticos nos echan del país a palos, los españoles tenemos una chispa y un brillo especial. Believe me que aquí en Suiza estoy rodeada de gente encantadora pero, en general, la mojama al lado de ellos es una folclórica. 


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