domingo, 7 de junio de 2015

¡Gracias familia rojiblanca!





"¡ESTE EQUIPO ESTA ENTERO COMO LA MADRE QUE LO PARIÓ PORQUE SE PARTIÓ LA CABEZA!" "¡POR COJONES SE TIENE QUE SALVAR!"

Estas palabras del mister de misters Preciado resuenan hoy en mi cabeza con fuerza y resumiendo lo que esta temporada hemos vivido. Porque hasta el último minuto, la familia rojiiblanca hemos estado en vilo queriendo devolver al equipo  a lo más alto. Este bloque sportinguista de equipo y afición no nos hemos rajado en estos último años en el pozo de segunda. Ahí estuvimos vibrando con los colores del equipo en cada una de las hazañas casi épicas con unos jugadores agotados, con un cuerpo técnico bajo la máxima presión y una gestión paralizada por las deudas. La sombra de la desaparición se cernió sobre nosotros como la más oscuras de las noches; como un demonio maldito que buscaba arrojarnos a las profundidades del averno. Eramos David frente a Goliat. Pero lo hemos vuelto a hacer. Ya lo dice nuestro himno: "Tu fe nunca decaiga, no debes desmayar". Ese himno que una y otra vez nos recuerda que volveremos a triunfar. 

A quién lo ha dado todo no se le puede pedir más. Vosotros lo habéis dado y de la mano de uno de los nuestros: El Pitu.  Él se ha dejado la voz, los brazos y los nervios por vosotros y por la afición. Finalmente nos hemos llevado esa sorpresa agradable que el mister mencionaba estas últimas semanas.  Que orgullo veros abrazados, llorar y emocionaros con la afición. La lucha ha sido titánica y hasta la extenuación pero lo habéis conseguido. Hoy más que nunca, los ojos empañados en lágrimas se van al cielo como buscando la mueca de Manolo que ya dijo claro, que el Sporting se tenía que salvar por cojones. Y con vosotros nos hemos salvado todos. Porque nos habéis devuelto la ilusión, la fuerza y las ganas; porque nos habéis enamorado con vuestro juego humilde pero inteligente. ¡Sois sencillamente gijonudos!

Escribo este post desde la Gran Manzana. Soy una asturiana haciendo las americas. Siento no poder estar en la Plaza del Marques poniendo la bufanda y la camiseta a Pelayo. Habéis detenido el tiempo y me habéis hecho llorar, sobre todo esa afición que es GIJONUDA, COJONUDA y BRUTAL. Quizá estoy viviendo esto con una intensidad nunca vista en mi, pero a más de 5.000 km de distancia me he sentido parte de esa familia sportinguista que llega mucho más lejos del El Molinón, Mareo o San Lorenzo; más allá de los Picos de Europa, del Cantábrico, de Vegadeo y Ridadedeva. Porque ahí donde hay un corazón sportinguista, está un miembro de la familia rojiblanca y un guardián del paraíso. 

¡GRACIAS POR VOLVER A UNIR A LA FAMILIA! ¡GRACIAS POR HACERNOS SOÑAR! ¡GRACIAS POR ESTA TEMPORADA! ¡GRACIAS POR ESTE GRAN FINAL! 




No hay comentarios:

Publicar un comentario